¿Puede una filosofía con 2000 años de antiguedad tener vigencia y efecto en personas de la actualidad al punto de convertirse en modo de vida, e incluso, en estrategia de supervivencia? Y, no hablamos de la doctrina de Cristo, sino del estoicismo. Pero, que sea la anécdota verídica que se expone a continuación la mejor ilustración de lo sugerido.
En 1965, durante la guerra entre Estados Unidos y Vietnam, el piloto de la Armada estadounidense James Stockdale recibió un disparo mientras volaba sobre el país enemigo.
El joven no sabía que pasaría siete años como prisionero de guerra de los vietnamitas. Y que un filósofo que había vivido en Grecia en el siglo I d.C. se convertiría en su gran maestro y amigo, ayudándole a soportar sufrimientos inimaginables.
El filósofo se llamaba Epicteto y su filosofía, el estoicismo.
En el libro "Stockdale habla del estoicismo", el piloto cuenta cómo las enseñanzas de esta escuela filosófica lo reconfortaron durante sus largos años de cautiverio.
"Todo lo que sé sobre Epicteto lo he practicado a lo largo de los años", escribió Stockdale.
"Él me enseñó que lo necesario es mantener el control de mi propósito moral. De hecho, (él me enseñó) que soy mi propósito moral".
"Que soy completamente responsable de todo lo que hago y digo. Y que yo decido y controlo mi propia destrucción y mi propia liberación".
La anterior exposición, es muy ilustrativa y realmente crea la curiosaidad por saber ¿qué entendemos por Estoicismo? .
Cuando hacemos una revisión documental del estoicismo (en textos, webs, videos), para ubicarnos en sus orígenes, vemos que hace referencia a una escuela de filosofía que se originó en Atenas por creación de Zenón de Citio, un rico comerciante fenicio (c, 320-c. 250 a. C.), de la ciudad de Citius, en Chipre, razón por la que se se le denominó originalmente como «zenonismo». Data desde el siglo III antes de Cristo.
No obstante, existen numerosos personajes célebres de la antiguedad que con gran frecuencia llevaron a cabo actividades de esta filosofía, entre los cuales se pueden citar a los griegos Séneca, Epicteto. y al romano Marco Aurelio.
Es una filosofía de ética personal basada en su sistema lógico y sus puntos de vista sobre el mundo natural. Los estoicos creían que todo alrededor operaba según una ley de causa y efecto que dotaba al universo de una estructura racional; pensaban que las personas «no podemos controlar lo que pasa a nuestro alrededor, pero sí podemos controlar lo que pensamos sobre estos eventos» en vez de imaginar una sociedad ideal falsamente positiva.
Esta es una filosofía que sugiere que la virtud, al igual que la sabiduría, son el fundamento de la felicidad, y que además, el juicio debe enfocarse en el comportamiento de la persona, en lugar de en sus palabras.
Esta ideología también se enfoca en el tema del control, aseverando que no tenemos ningún control y no podemos depositar nuestra confianza en eventos externos, pero podemos desarrollar la capacidad controlarnos a nosotros mismos y la forma en que respondemos al mundo.
Los maestros estoicos proporcionaban una base ética para actuar en un mundo, a menudo, confuso y desafiante. Ser estoico significa abrazar la positividad y el autocontrol a través de la capacidad para aceptar la incertidumbre de los resultados. Mediante este filosofía, el practicante de estoicismo aprende a llevar las riendas de sus emociones en el camino hacia la felicidad y la satisfacción duradera.
Su doctrina filosófica estaba basada en el dominio y control de los hechos, cosas y pasiones que perturban la vida, valiéndose de la valentía y la razón del carácter personal. Como seres racionales, su objetivo era alcanzar, basándose en la tolerancia y autocontrol, la eudaimonía (felicidad o bienaventuranza) y la sabiduría en aceptar el momento tal como se presenta, al no dejarse dominar por el deseo de placer, la recompensa inmediata o el miedo al dolor; en definitiva, se trata de emplear la mente para comprender el mundo y acogerse al plan de la naturaleza prescindiendo de los bienes materiales, de trabajar juntos y tratar a los demás de manera justa y equitativa.
La filosofía estoica te entrena en la virtud; esculpe tu carácter moral para hacer de ti alguien satisfecho y resiliente. De manera que, los estoicos son especialmente conocidos por enseñar que «la virtud es el único bien» para los seres humanos, y que esas cosas externas, como la salud, la riqueza y el placer, no son buenas o malas en sí mismas (adiaforía), pero tienen valor como «material para que la virtud actúe». Junto a la ética aristotélica, la tradición estoica constituye uno de los principales enfoques fundacionales de la ética de las virtudes. Los estoicos también sostenían que ciertas emociones destructivas son el resultado de errores de juicio y que las personas deberían cultivar una voluntad (llamada prohairesis) que esté «de acuerdo con la naturaleza». Sobre está base, los estoicos pensaron que la mejor indicación de la filosofía de un individuo no era lo que decía sino cómo se comportaba. Para vivir una buena vida, postulan, hay que entender las reglas del orden natural.
Muchos estoicos, como Séneca y Epicteto, enfatizaron que debido a que «la virtud es suficiente para la felicidad», un sabio sería emocionalmente resistente a la desgracia. Esta creencia es similar al significado de la frase «calma estoica», aunque la frase no incluye los puntos de vista estoicos «éticos radicales» de que solo un sabio puede ser considerado verdaderamente libre y que todas las corrupciones morales son igualmente viciosas.
La ideología del estoicismo aporta algunas enseñanzas principales, que luego ayudan a mantener las cosas simples en el camino. Los diferentes autores, revisionistas de esta filosofía, coinciden en las siguientes enseñanzas principales:
El estoicismo se propondrá para (1) ayudarnos a recordar lo impredecible que puede ser el mundo. (2) Nos ayuda a recordar lo breve que es nuestra vida y (3) nos muestra cómo ser fuertes y firmes y cómo mantener el control de nosotros mismos. Finalmente, (4) enseña que la fuente de la infelicidad que sentimos reside en nuestra dependencia impulsiva de nuestros sentidos reflexivos, más que en cualquier lógica.
El estoicismo no va a perder el tiempo con complicadas teorías sobre el mundo, sino que funcionará para ayudarnos a superar cualquier emoción destructiva que pueda surgir, y enseña a sus seguidores a dejar de lado las cosas que no pueden controlar y actuar con las cosas que si pueden controlar. Se afinca más en actuar sobre las cosas que está en nuestro poder controlarlas, que en la estéril actitud de simplemente hablar y debatir sobre el mundo.
Se citan tres líderes principales a quienes se les reconoce por la ideas que aportaron para la fundamentación filosófica del estoicismo. Marco Aurelio, el emperador del Imperio Romano en ese momento, se sentaba cada día para escribir notas sobre humildad, compasión y moderación. Epicteto, que era un esclavo, luego comenzó su propia escuela, donde luego enseñó a muchas de las mejores mentes del Imperio Romano, y también fue un líder. Luego, estaba Séneca, quien, cuando Nerón decidió atacarlo y le exigió que se suicidara, solo podía pensar en cómo podría consolar a sus amigos y su esposa.
Conveniente es aclarar que no solo estos tres individuos practicaron el estoicismo. Se ha practicado en todo el mundo por diferentes categorías de personas, entre los que figuran, empresarios, escritores, artistas, presidentes, reyes y más. Tanto los hombres históricos como los modernos decididieron utilizar el estoicismo como una forma de vida para ayudarlos a obtener más felicidad y evitar problemas en general.
Hay diferentes principios que vienen con el estoicismo, pero la idea básica es que tenemos que aprender a aceptar las cosas que están bajo nuestro control y dejar de lado cualquier cosa que no podamos controlar. Hay muchas personas que eligen intentar controlar todo. Cuando algo no sale a su manera o cuando no pueden controlar el mundo; se enojan, se enfadan y se sienten ansiosos en general.
Sin embargo, esa modalidad de querer ejercer control a ultranza sobre todo, es una forma miserable de vivir la vida, según lo formulan los estoicos. Siempre habrá cosas en nuestras vidas que nos gustaría que pudiéramos controlar, pero no podemos, y sentirnos molestos y dejar que las emociones negativas se apoderen de nosotros, puede llevarnos a tener una reacción que no se ajuste a la situación. Si bien no podemos controlar todas las situaciones y cosas que suceden en nuestras vidas, podemos tener control sobre la forma en que reaccionamos y nos comportamos respecto a estas situaciones. Ser capaz de hacer esto es el núcleo del estoicismo y cómo puede beneficiar a todos.